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Macri sin careta

01/07/2009

Va a estar bueno Argentina… el lado B de Mauri

Las claves para entender qué pasa en Honduras

01/07/2009

[Fuente]

[Para recibir información y adherir a la demanda internacional por la restitución de la democracia: www.todosconhonduras.cult.cu, y en Facebook: http://www.facebook.com/condenagolpe]

1- Lo que había convocado para el domingo, lo que los golpistas han impedido, no era la reelección permanente de Zelaya ni la presidencia vitalicia. Ni siquiera la reforma de la constitución. Lo que se votaba era una consulta no vinculante para preguntar a los hondureños si les gustaría que en las próximas elecciones, en las de noviembre, se votase también la creación de una asamblea constituyente que reformase la carta magna. En resumen: era algo en apariencia tan inofensivo como preguntar si se podía preguntar por reformar la constitución, algo que, por otra parte, la propia constitución hondureña impide.

Manuel Zelaya ratificó ante el pleno de la Asamblea General de la ONU su determinación de volver.

Manuel Zelaya ratificó ante el pleno de la Asamblea General de la ONU su determinación de volver.

2- La actual constitución de Honduras establece un mandato único a los presidentes de cuatro años. Zelaya termina el suyo este año y, en cualquier caso, no se podría presentar a la reelección porque para noviembre no estaría aprobada la reforma constitucional que él propone. Como mucho, habría sido posible que en esa fecha se votase la posibilidad de una reforma constitucional. Él mismo ha negado en varias entrevistas que tenga intención de presentarse a la reelección.

3- El parlamento está enfrentado con el presidente entre otras cosas porque Zelaya, un terrateniente acomodado y conservador que concurrió a las urnas por el Partido Liberal, ha hecho después una política de izquierdas y se ha aliado con Hugo Chavez. En Honduras gobiernan desde hace décadas dos partidos, el Liberal -de centro derecha- y el Partido Nacional -de derecha-. Hace unos días, el Congreso aprobó una ley para prohibir que se celebrase cualquier tipo de consulta 180 días antes de unas elecciones. Es una norma ad hoc, hecha para impedir el referéndum de Zelaya.

4- La constitución hondureña se redactó en 1982, bajo la tutela de una dictadura militar que pactó una transición. Es bastante fácil de reformar -basta con una mayoría de dos tercios del Congreso, de hecho el texto constitucional está lleno de correcciones- salvo en algunos puntos, que se consideran irreformables, como la unidad de la patria o la no reeleción del presidente (el modelo de presidente no reelegible y no reformable se impuso a principios de siglo tras varias guerras civiles provocadas por ello). De hecho, su artículo 4 califica la “alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República” como obligatoria y califica la infracción de esta norma como “delito de traición a la Patria”, algo a lo que se agarran los golpistas argumentando que Zelaya, al plantear una reforma, ya es un traidor. Zelaya argumenta que no es así, ya que él no tiene intención de volver a presentarse, que es lo que le calificaría de traidor. Más claro es el artículo 239: “El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Vicepresidente de la República. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos y quedarán inhabilitados por diez (10) años para el ejercicio de toda función pública.”

5- El argumento que utilizó Zelaya para seguir adelante con su consulta, a pesar de las sentencias, la constitución y nuevas leyes en contra, era que no se trataba de un referéndum sino de una encuesta. En Honduras, el voto es obligatorio. No así en la consulta de Zelaya, donde el voto era opcional. Para sortear las sentencias, la “encuesta” iba a ser realizada por el equivalente hondureño al CIS, el Instituto Nacional de Estadísticas. La oposición argumentaba que la consulta estaría manipulada, pues el recuento lo haría un organismo que depende del presidente.

6- El Tribunal Supremo que ha ordenado la expulsión de Zelaya del país (según la surrealista explicación de los golpistas) no es un Tribunal Supremo equiparable a los europeos. Para empezar, porque su nombre completo es Tribunal Supremo Electoral, su composición, como la de la Corte Suprema de Justicia, emana del poder legislativo (es decir, del parlamento, de los partidos que están enfrentados con Zelaya, los golpistas que hoy han dado por bueno el golpe militar) y entre sus poderes está regular las elecciones pero no detener a los presidentes electos. No es la primera jugarreta de esta “institución”. Cuando Zelaya, inesperadamente, ganó las elecciones, el TSE retrasó durante más de un mes su acceso al poder con excusas técnicas.

7- Como jurídicamente no está establecido que el presidente deje de serlo porque el ejército lo detenga en su casa de madrugada para obligarle a abandonar el país, los golpistas han falsificado una carta de renuncia de Zelaya -que su supuesto autor ha negado- y donde se asegura que deja al cargo por motivos de salud. El Congreso ha votado hoy su destitución y el nombramiento de un nuevo presidente utilizándola como argumento. La carta está firmada el 25 de junio, tres días antes del golpe. ¿La razón? Que probablemente ésa era la fecha inicial prevista por los militares y después fueron tan chapuzas que no cambiaron la fecha.

8- La oposición política al presidente hace tiempo que utilizaba al poder judicial para boicotear su gobierno. Entre los casos más surrealistas está el de un plan para reducir el consumo de combustible y la contaminación que se denominó “Hoy no circula”, a imitación de otro similar de México DF, que funciona desde hace años. Zelaya pretendía obligar a todos los coches a que parasen un día a la semana. La Corte Suprema de Justicia lo declaró inconstitucional.

Perlas informativas, por Pascual Serrano

01/07/2009

[Pascual Serrano es un periodista español, cofundador del portal http://www.rebelion.org. Es colaborador de infinidad de publicaciones de izquierda y alternativas. Se especializa en desenmascarar los engaños y tergivesaciones de la prensa masiva. Todos los meses publica en su blog un resumen de los engaños y las manipulaciones de la información más groseros del mes.]

Perlas informativas del mes de junio 2009

Perlas informativas del mes de junio 2009INTERNACIONAL

OTAN y elecciones
Observo un breve en Público el 3 de junio donde informan que “La OTAN no reconoce las elecciones” de Osetia del Sur. Tiene gracia que una organización militar se vaya pronunciando sobre la legimitidad o ilegitimidad de unas elecciones. Como si la OTAN se sometiese a muchas urnas. La única que recuerdo es un referéndum en España donde votamos no integrarnos en la estructura militar, parece que tampoco reconocieron esa votación a la vista de dónde estamos.

Gatito y chabolas
Un reportaje fotográfico de Público el 3 de junio recoge la historia de unos niños rumanos que salvan a su gatito tras el incendio de su asentamiento de chabolas que debían desalojar por exigencia de las autoridades en Sarajevo. Fotos magníficas y emotivas, enfoque muy humano que despierta nuestra sensibilidad. Eso sí, no sabemos por qué, ni qué autoridades los expulsan de sus infraviviendas, ni tampoco donde fueron a vivir. Pero el gato se salvó y la foto era estupenda.

¿Quien gobierna en Perú?
El informativo de Antena 3 del 6 de junio informa sobre la muerte de 30 personas en un enfrentamiento entre indígenas y ejército peruano, pero en ningún momento oímos el nombre del presidente del país. Es curioso cómo en algunos casos los jefes de Estado no aparecen en los medios por muy graves que sean los sucesos, y en otros siempre son protagonistas aunque lo noticia sea sólo anecdótica.

Espías cubanos
En una noticia de agencias del día 7 de junio con motivo de la detención de dos estadounidenses acusados de espiar para Cuba, encontramos declaraciones de ex agentes de inteligencia de Estados Unidos que afirman que “Cazar espías es difícil, pero detectar espías cubanos es aún más complicado (…) La inteligencia de La Habana se especializa en reclutar a «verdaderos creyentes» en su sistema comunista”. Sin duda les cuesta comprender que se pueden hacer trabajos por principios e ideales y no por dinero.

Reino Unido y su democracia
Por Público el 7 de junio pudimos saber que el Reino Unido seguía contando los votos a las europeas tres días después de las elecciones. Además la abstención fue del 57 %. Impresiona cómo todavía quieren presentar a estos países como democracias más maduras frente a países latinoamericanos como Venezuela donde la participación suele rondar el 70 % y los resultados se conocen en dos horas.

Manifestación en Perú
El 9 de junio el diario venezolano El Nacional informaba de una manifestación frente a la embajada de Nicaragua en Lima en protesta por el asilo que otorgó el país centroamericano a un líder indígena de Perú. Lo preocupante es que la foto con la que ilustraron la noticia corresponde a una protesta contra el TLC organizada por la Central Unitaria de Trabajadores del Perú (CUT), cuyas siglas se aprecian en las pancartas de los manifestantes. La CUT en un comunicado público había expresado su posición de apoyo a las luchas de los pueblos amazónicos. Efectivamente no funciona bien la libertad de expresión en Venezuela, los medios privados pueden mentir con impunidad sin que el gobierno tome medidas.


¿Lo vale?
No es cuestión de que los periodistas tengan un mínimo de sentido crítico al hecho de que un equipo de fútbol pague 94 millones para fichar a un jugador. El 12 de junio en Antena 3 comentaban eso los presentadores del informativo. «¿Lo vale?», afirma uno de ellos. «Parece que sí, puesto que el Real Madrid lo va a pagar y se impone la ley de la oferta y la demanda», responde el otro. Para qué pensar más.

Manifestación pacífica
Esta es la foto de Efe con la que ilustran una noticia del día 22 de junio, procedente de la misma agencia y publicada en El Mundo, donde afirman: “ La oposición mantiene desde el 13 de junio manifestaciones pacíficas de protesta contra el resultado de las elecciones”. ¿Dirían lo mismo si fueran manifestantes de Euskadi o se llamaría terrorismo callejero?

Millones para futbolistas
El mismo día 15 de junio que leímos en El Mundo difundida por agencias la noticia de que “Caja Madrid y el Santander prestan 150 millones al Real Madrid” para sus dos millonarios fichajes, pudimos encontrar en la prensa latinoamericana (El Universal de Venezuela) la noticia de que “España creará un fondo para Latinoamérica de 40 millones de dólares”. Dos buenas cifras para comparar, casi cuatro veces más para contratar a dos futbolistas que para «proyectos de asistencia técnica» en toda América Latina y el Caribe.

Liberalizados

Por lo que leo en Público el 18 de junio parece que será más barato “mandar un mensaje de texto (SMS) a otro número de móvil español desde el extranjero, que enviarlo desde dentro de España”. La razón es que la tarifa europea debe someterse a normativas de la UE y la nacional está liberalizada. Y eso que decían que liberalizaban para aumentar la competencia y bajar los precios. Toma liberalización.

Paralelismos
Creo que en poco se parece el gobierno islamista de Irán a un sistema socialista. No importa, en el análisis de opinión que hace el especialista Lluís Bassets en El País el 25 de junio, establece comparaciones con Cuba, con China y con la Rusia y Alemania comunista. Se refiere “al estilo de la Cuba de Castro”, señala que “si en China es la autoridad suprema del partido la que constituye el último dogma que garantiza la cohesión y la disciplina, en el Irán jomeinista este papel lo desempaña la autoridad del velayat el-fagith”. Y termina afirmando que “ahora es el momento en que son válidas las palabras de Mijail Gorbachov a Erick Honecker, el dictador comunista de la República Popular de Alemania poco antes de la caída del Muro”. En conclusión que, para el que no se haya enterado, Ahmadineyad es una mezcla de Fidel Castro, Hu Jintao y Erick Honecker. ¿Y qué pensarán los comunistas iraníes que se han tenido que exiliar?

Esquela
Resultó curiosa una esquela publicada en El País el 25 de junio dedicada a un consejero de la compañía inmobiliaria Metrovacesa. Ocupaba más espacio el logotipo y el nombre de la empresa que el del fallecido. Convirtieron un homenaje en una inserción publicitaria de la firma.

Golpe de Estado ilegal
Leo en un teletipo de Ap, en inglés, el 29 de junio, unas declaraciones de Barack Obama sobre Honduras donde afirma «creemos que este golpe no es legal y que el presidente Zelaya sigue siendo el presidente elegido democráticamente». ¿Existen golpes de estado legales? Para Estados Unidos por supuesto, los que traman ellos: en Guatemala (1954), Chile (1973), en Venezuela (2002), por poner algunos ejemplos. Después están los ilegales, que no tienen el visto bueno del país del Norte.
ESPAÑA

Pagar a Hacienda
Una noticia de Público el 3 de junio señala que “millonarios y herederos de millonarios siguen optando por entregar cuadros y objetos artísticos a Hacienda para satisfacer impuestos”. Si los ricos pueden pagar sus impuestos con sus valiosas propiedades usadas no entiendo por qué el resto no podemos hacerlo vendiendo también a Hacienda la cama del abuelo o los libros viejos que ya no necesitamos.

Conservadores y progresistas
Los periódicos no dejan de sorprender a pesar de sus ideologías. Unos violentos enfrentamientos entre policía y trabajadores del metal en Vigo fue titulado de esta forma digna de un boletín combativo sindical el 4 de junio por el conservador ABC: Desmedida carga policial contra la marcha pacífica de los trabajadores del Metal. En cambio los “progresistas” El País y Público titularon “El metal amenaza con declararse en huelga indefinida la próxima semana” y “ Enfrentamientos en la huelga del metal en Vigo”, respectivamente.

Amenazan con hacer política
Parece que el hecho de que haya propuestas legales de participación política para la izquierda abertzale es también una amenaza. Al menos así lo vieron en RTVE el 8 de junio cuando titularon así: Iniciativa Internacionalista no logra ningún escaño, pero amenaza con continuar.

90 euros de salario mínimo
Por una noticia de El País del 9 de junio conocemos que, según los datos del último trimestre de 2008 del Observatorio Joven de Vivienda, los jóvenes españoles “deben dedicar el 86% del sueldo para poder comprar una vivienda”. O lo que es lo mismo que el salario mínimo establecido en 600 euros se queda 90 euros al mes si quieren tener vivienda.

Razonamiento del juez
Público informa el 9 de junio del razonamiento del juez Central de lo Penal de la Audiencia Nacional para sentenciar a 6.480 euros de multa al alcalde de IU en Puerto Real, José Antonio Barroso , por un delito grave de injurias al rey. Su argumento jurídico es que «Dado que tanto el acusado como su defensa han achacado implícitamente o explícitamente a un déficit democrático  o privilegiado indeseable la especial protección que el Código penal vigente otorga al rey como Jefe del Estado frente al delito de injurias, recordar que el Código Penal de la II República, promulgado en 1932, también sancionaba las injurias al Jefe del Estado en su artículo 149 con pena de prisión de 6 meses y un día a ocho años y no con pena meramente pecuniaria». Asombrosa la lógica jurídica. Los republicanos no reivindican el derecho a insultar al jefe del Estado, sino que éste sea elegido democráticamente y no por vía hereditaria. Le podemos sugerir al juez el artículo 25 de la constitución republicana: “No podrán ser fundamentos de privilegio jurídico: la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas ni las creencias religiosas. El Estado no reconoce distinciones y títulos nobiliarios.”

Aporreen, pero en catalán
El elemento sobre el que con más frecuencia gira la valoración y la polémica en torno a los cuerpos de seguridad es el referente al uso o abuso de la fuerza para hacer cumplir sus criterios de orden. Pero eso también se puede convertir en secundario cuando de nacionalismos se trata. Para el ex presidente de Convergència y Unió, Jordi Pujol, lo importante es que los Mossos d’Esquadra hablen catalán y no castellano. Incluso lo que más le molestó de su actuación en los últimos disturbios en el centro de Barcelona es que daban instrucciones en castellano a los manifestantes para dispersarlos. Lo pudimos leer el 18 de junio en Público. Supongo que recibir golpes de las porras mientras hablan en castellano debe ser intolerable, incomparable con la satisfacción de oír catalán mientras te atizan.

Las cuentas de la CCM
Leo en Público el 18 de junio que “cuando el Banco de España empezó a destripar la realidad de Caja Castilla La Mancha (CCM)” contabilizó “unas pérdidas de casi 750 millones en 2008”. Pero en febrero, la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) informó que la CCM cerraba “el año 2008 con un Beneficio Antes de Impuestos (BAI) de 92 millones de euros como entidad de ahorro y con un consolidado de 30 millones en su actividad como Grupo CCM”. Así que parece que las cuentas varían en casi 850 millones de euros según quien las haga. Tendrán que repasar los clientes de esa caja las sumas y restas de sus extractos en la cartilla de ahorro no sea que encuentren algún error de un millón de euros.

Informar de la corrupción
Atentos a la argumentación del portavoz de Exteriores del PP en el Congreso, Gustavo de Arístegui, en un programa de debate de Telemadrid el 24 de junio. Según afirmó, los medios de comunicación no debían seguir informando de casos de corrupción en España porque eso generaba descontento entre la población y eran caldo de cultivo como en Bolivia o Venezuela para que se creasen regímenes comunistas porque los anteriores mandatarios robaban mucho y se creó un ambiente de indignación que se aprovechó por los que ahora han logrado el gobierno. Estoy de acuerdo en toda la tesis, excepto que pienso que precisamente para eso, para que vengan esos gobiernos, hay que seguir informando de la corrupción.

El testículo izquierdo (por Osvaldo Bayer)

24/06/2009

[Publicado en Página/12, 24-06-09]

Hace poco hablábamos en la Universidad de Quilmes sobre las manifestaciones del pueblo en la calle. El arma del pueblo para protestar contra las injusticias de la sociedad. Esas manifestaciones, ese salir a la calle, muestran el coraje de los seres humanos ante las injusticias. Puse como ejemplo la manifestación de mujeres proletarias en aquel Río Gallegos de 1919. Allí, en enero de ese año, los trabajadores habían sido detenidos y encarcelados por exigir mejores condiciones de trabajo. Ante este hecho, sus mujeres salieron en manifestación para pedir la libertad de esos hombres. La forma en que actuó la policía fue increíble. Sólo eran siete mujeres, bien proletarias. Cuando se las conminó a disolverse, una de ellas dijo que no, que iban a ver al juez letrado a reclamar la libertad de sus hombres. Señala el parte policial que las mujeres se desacataron y que una de ellas (Pilar Martínez, española, viuda, de 31 años, cocinera) le pegó (textual) “un puntapié en el testículo izquierdo al sargento Jesús Sánchez, produciéndole una contusión dolorosa que lo dejó inutilizado para el servicio durante dos días”. (¡Qué fanática la gallega, justo se eligió el izquierdo!) La cuestión es que, con esa acusación, la mujer fue a parar a la cárcel. Pero el testigo Amador Víctor González dejó luego un testimonio escrito que trae una versión muy distinta. Dice que esas obreras fueron obligadas a detener su marcha por un pelotón de agentes que las amenazaron apuntándolas con sus carabinas. Las mujeres, a pesar de la amenaza, intentaron seguir su marcha de protesta y entonces “los uniformados hicieron caracolear sus corceles sobre el grupo de las indefensas mujeres. A dos o tres de ellas les cruzaron el rostro a latigazos y otras –una de ellas embarazada– fueron tomadas de los cabellos golpeándolas sin clemencia. Esas mujeres fueron juzgadas luego por agresión a la autoridad y escándalo en la vía pública”.

La historia demostró que todas esas represiones sólo sirven para crear violencia en la sociedad. Sí, la historia les dio la razón a esas mujeres porque finalmente el progreso dio a los trabajadores mucho de eso que pedían. En cambio, de los represores no hay ninguna placa en las comisarías de donde partieron para reprimir. Ni siquiera un monumento al testículo izquierdo del sargento Jesús Sánchez.

La manifestación debe ser un derecho público. Un termómetro para los políticos. Si la gente sale a la calle a protestar es porque algo pasa. Analizar la protesta, sacar conclusiones de ellas, es la misión de todo estadista. Obrar en consecuencia para eliminar eso que puede ser origen de una nueva violencia. En Buenos Aires acaba de ocurrir algo muy triste. En el aniversario de la creación del Estado de Israel se hizo un acto público conjunto del gobierno de la ciudad de Buenos Aires y de la embajada israelí.

Las manifestaciones terminan, sistemáticamente, con la detención de varios manifestantes.

A ese acto concurrió una manifestación de protesta con carteles y cánticos de miembros de las organizaciones Teresa Rodríguez y FAR que censuraban la política israelí en Palestina, con la agresión militar última que dejó miles de víctimas. Bien, y aquí vienen las versiones diferentes. Como aquella vez de 1919 en Río Gallegos. La versión policial indica que los manifestantes atacaron con palos y a puñetazos a los presentes en el acto con expresiones racistas contra los judíos. Los manifestantes, en cambio, señalan que cuando estaban gritando sus consignas de críticas a la política de Israel contra Palestina fueron atacados por un núcleo de hombres que hablaban hebreo. Y que inmediatamente después de esa agresión, la policía argentina detuvo a varios integrantes de la manifestación de protesta acusándolos de desorden público y agresión y de discriminación racial contra el pueblo judío.

Una cantidad importante de intelectuales argentinos, encabezados por el Premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel, ha repudiado la detención de esos manifestantes señalando que no hay que confundir una manifestación contra la política exterior que lleva a cabo el gobierno israelí con respecto a Palestina con una conducta racista. Además, ratifican el derecho del pueblo a manifestar sus protestas en marchas públicas. Pero el juez Bonadío, interviniente en la causa, ha tomado como cierta la versión policial y del embajador israelí y ha iniciado juicio a doce intervinientes en la manifestación en una causa que puede llevar a la pena de dos a ocho años de prisión a los acusados.

Esto es muy doloroso. Es crear violencia en la sociedad. Para mayor mal, el embajador israelí, doctor Gazit, ha felicitado públicamente al juez Bonadío por su resolución. Para colmo la policía allanó un lugar de reunión de la organización Teresa Rodríguez y señala que encontró bombas molotov y algunas armas de fuego. Esto fue rechazado por esa organización diciendo que en el lugar allanado funcionan un comedor comunitario y una cooperativa textil. Señala que la policía permaneció allí desde las 20 hasta las 5 de la mañana y que destruyó la vivienda de los que duermen en ese lugar.

Luego la policía levantó un acta que dice que encontraron bombas molotov y armas en un baño. Pero allí entraron solos y sin testigos. Además, cuentan que la policía se llevó las cámaras fotográficas, una fotocopiadora y varias computadoras destinadas a la juventud del barrio (al parecer sólo les restaba levantar un acta sobre el testículo izquierdo del sargento Lagos). Aparte, el juez Bonadío ordenó la prisión de nueve de los doce acusados, los que fueron llevados a la cárcel de máxima seguridad de Marcos Paz, a la cárcel de mujeres de Ezeiza y a la de menores también de Ezeiza.

A uno, como argentino y ciudadano del mundo, le da pena todo esto, mucha pena. Creo que todos los ciudadanos tienen derecho a criticar o no a la política de Israel con respecto a Palestina, más después de los últimos bombardeos y del muro que se ha levantado entre los dos pueblos. Sin por eso ser culpables de cometer racismo. Este hecho nos da también pena por Israel y por la Argentina. Creemos que el pueblo judío, con la sabiduría ganada en las persecuciones que ha sufrido a lo largo de su historia, buscaría otros caminos antes que la violencia. La historia nos ha demostrado que sólo se adelanta con la paz. Veamos esos dos pueblos: Francia y Alemania, con tres guerras continuas: 1870, 1914 y 1939, con la muerte de millones de sus hijos y la destrucción de sus ciudades. Y ahora: hace ya 64 años que viven en paz y hasta han eliminado fronteras y llevado a cabo mercados comunes, sin jamás durante esos años de paz haberse producido un incidente fronterizo. Y en la Argentina, que luego de la experiencia de las dictaduras militares metamos presos a jóvenes que salieron a gritar su opinión acerca de un problema que nos interesa a todos: la paz definitiva en el Cercano Oriente, es muy penoso. Además, saber escuchar los testimonios de los presentes en ese acto y no dejarse llevar sólo por la versión policial, ya que los acusados señalan que cuando ellos comenzaron a gritar sus pensamientos fueron agredidos por un grupo especializado israelí, ante la falta total de acción de la policía. Que en esa agresión se arrojó al suelo a manifestantes pateándoles las costillas, como en el caso de Leonardo Del Grosso, que fue brutalmente pateado y más, como las fotos que se mostraron luego, como si los que estaban en el suelo fueran miembros de la delegación israelí, cuando en realidad eran miembros de los grupos que protestaban. Ellos lo pueden demostrar identificando a los fotografiados.

Libres o muertos, ¡jamás esclavos!

Libres o muertos, ¡jamás esclavos!

Creemos que aquí debe ser el propio embajador israelí quien tome a su cargo llevar la paz en este hecho, que de seguir así creará más violencia. Debe ser él quien retire la denuncia y sostenga que fue un confuso episodio que debe superarse solo con el gran gesto de la no violencia y la búsqueda del método democrático del debate público y no el de las mutuas agresiones. Por ejemplo: realizar seminarios con representantes palestinos, israelíes y de los diversos grupos argentinos interesados acerca de cómo buscar un acuerdo de solución para el Cercano Oriente. Y luego llegar a un documento para enviar a Israel, a Palestina y a todos los países árabes. Aunque se consiga muy poco, por lo menos se demuestra buena voluntad, y esto puede ser una senda definitiva para la paz de los pueblos.

Parece utópico, pero es lo único posible. Grandes pensadores de origen judío como Noam Chomsky y León Rozitchner han criticado la actual política exterior de Israel. La luchadora de siempre Laura Ginzberg, miembro de la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA, ha escrito hace poco: “Los ojos de la humanidad miran y acompañan a las víctimas masacradas en Gaza y repudian las políticas terroristas del Estado de Israel en esa región”.

Así demuestran ellos que tienen coraje civil, como el joven intelectual Néstor Kohan, parte de cuya familia fue torturada y masacrada por los genocidas nazis, señala en un valiente artículo en el que les pide a los gobernantes israelíes: “¡Basta ya! ¡No lo hagan en nuestro nombre! No usen la memoria de nuestros abuelos y bisabuelos, torturados perseguidos y masacrados por el nazismo para fines mezquinos, egoístas e indefendibles”.

Hay dolor en estas palabras. Lo comprendemos. La culpa de todo esto no la tiene el grupito de argentinos que fue a gritar su verdad y ahora sufre una cárcel absurda. Luchemos por su libertad.

Fundamentos del liberalismo económico (José Pablo Feinmann)

22/06/2009

[Contratapa Página/12 21-06-09]

Sospecho que muchos que andan por ahí, hablando del liberalismo o el neoliberalismo, que defienden la libertad de mercado, que dicen que están con “el campo” (concepto ya casi metafísico o significante abismalmente vacío), periodistas que patotean contra el populismo o el intervencionismo de Estado, o que defienden la acción benéfica de los monopolios o postulan su existencia inmodificable, escasamente han leído la obra de Adam Smith e ignoran cuando lo hacen que es ella la que habla a través de sus logos caudalosos y siempre al servicio de una causa, la de las empresas para las que trabajan. Intenté varias veces discutir temas de Smith con autopostulados liberales o neoliberales de todo tipo y color y raramente descubrí que hubieran transitado su obra magna y monumental con cierto detenimiento. Lo que saben lo saben de los diarios. De la divulgación. La di-vulgata es la cifra perfecta de la degradación intelectual de nuestro tiempo.

Como sea, éste no es mi tema. Me apasiona el pensamiento de los grandes teóricos económicos del capitalismo. De todos, Smith es el mejor y también el más sincero, ya que la teoría que propone (la fundamentación del sistema capitalista de producción) no proviene de una ética de la generosidad sino del egoísmo. El libro de Smith aparece el 9 de marzo de 1776. Se publica en dos volúmenes y se agota en seis meses. Se reeditará siempre que sea necesario. O se harán resúmenes para circulación masiva, para lectores menos dotados para la economía o las lecturas arduas. Nosotros vamos a estudiar las relaciones de Smith con las neocolonias. Y también –no ya trabajando exclusivamente sobre su obra– el surgimiento y la fundamentación del liberalismo económico, que dio origen en nuestro país al fortalecimiento de la oligarquía agraria e hizo de ella su clase más poderosa y representativa, para desgracia de su desarrollo económico, que habría de quedar eternamente ligado a la producción primaria.

Smith es el genial autor de una frase imperecedera en la teoría económica. Dice así: “Siempre será máxima constante de cualquier padre de familia no hacer en casa lo que cuesta más caro que comprarlo” (Adam Smith, Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, Fondo de Cultura Económica, México, 1958, p. 402). Smith fue el teórico de la burguesía industrial británica. Esta clase pujante necesita emplear obreros en sus fábricas, en sus talleres de manufacturas. Debe alimentar a esos obreros. Debe poner el “pan de cada día” en sus mesas. El pan se hace con harina. La harina viene del trigo. Aquí interviene la sabiduría de ese “padre de familia” que menciona Smith. Si necesito trigo para alimentar a mis obreros debo buscarlo donde más barato lo encuentre. “Cuando un país extranjero (escribe) nos puede ofrecer una mercancía en condiciones más baratas que nosotros podemos hacerla, será mejor comprarla que producirla” (Smith, ob. cit., p. 403). A comprar trigo entonces. Sabia decisión de este “padre de familia” de Smith que es, sin más, el sujeto protagónico del capitalismo: el propietario del capital. Sin embargo, este sujeto debe ejercer una influencia moral sobre las otras clases, las no propietarias. Debe eludir la concentración de empresas. Esta concentración da origen a la malformación que más odia Smith: el monopolio. No dejemos de notar el tono de indignación con que se expresa, como si esa acumulación insalubre (la de muchas cosas en pocas manos o en una sola) arruinara el sistema que él tanto defiende y considera –bastante alla Leibniz– el mejor de los posibles: “El beneficio exorbitante destruye aquella parsimonia que en otras circunstancias es una de las características del comerciante. Cuando las ganancias son excesivas, se destierra de su clase aquella sobria virtud, como si fuera algo superfluo, y el lujo exagerado se hace compañero inseparable de esa abundancia (…) Si el patrón es recatado y sobrio, los operarios que emplea, naturalmente lo serán también; pero si el dueño es gastador y pródigo, el criado, que norma su conducta por el modelo del amo, no podrá menos de seguir el ejemplo de él” (Smith, ob. cit., p. 545). Y a vuelta de página cita un proverbio que lo deslumbra: “Pronto se gasta lo que poco cuesta”. Nada define mejor a nuestra oligarquía terrateniente: hija del liberalismo económico, diseñada para el ocio por la “abundancia fácil” de sus campos concentrados en pocas manos, se entregó al ocio, a la satisfacción de sus deseos más opulentos y al ejercicio constante de la dilapidación. Lejanamente recuerdo haber leído en textos que me dieron la alegría y el deslumbramiento de la nueva temática en que me iniciaba (allá por 1968: el estudio de este país complejo, irritante, trágico, irresistible), definiciones precisas. Primero: la oligarquía agrícola-ganadera era capitalista, pero su ociosidad la alejaba del espíritu burgués. Segundo: era exclusivista (como lo pedía Cané: “Los argentinos cada vez somos menos. Cerremos el círculo y velemos sobre él”), pero estaba lejos de ser una aristocracia. Nietzsche la habría desdeñado hondamente. Carecía del refinamiento, de la cultura de esa clase. Vivía de segunda mano. Consumía, sin mayor criterio, todo lo europeo. Muy especialmente las novedades de su cultura, no sus fuentes. Y carecía también del ímpetu esencial de la burguesía, que sabe que lo esencial del desarrollo del capitalismo es reinvertir la ganancia para producir más y duplicarla. Nuestros oligarcas sólo saben construir palacetes y planear viajes a Europa. En 1912 (en el cenit de su poder), la oligarquía argentina despilfarra el 10 por ciento de su economía de exportación en viajes a Europa. Había venido al mundo bendecida por su Creador. De aquí provienen esas frases: “El gran país que fuimos”, “La patria de nuestros padres y nuestros abuelos” o “Dios es argentino”. Tenía mano de obra barata y tierras infinitas, que entregarían siempre sus frutos para el regocijo y la holganza de unos pocos que eran los dueños de esas riquezas. Smith habría dicho: “Pronto se gasta lo que poco cuesta”. Y si hoy se levantara de su tumba se horrorizaría ante un mundo tramado por los monopolios y los oligopolios, que se devoran el mercado sofocando a sus competidores. Matándolos. A eso se le llama “neoliberalismo”. El neoliberalismo es la etapa superior del liberalismo. La etapa en que los monopolios y los oligopolios traban la libertad del mercado, arrojan de él a los pequeños competidores e imponen sus reglas en todos los órdenes: el económico, el cultural, el político y –muy especialmente– el comunicacional, el arma predilecta del capitalismo oligopólico durante los días que corren. El nuevo Sujeto Absoluto.

¿Cuándo surge el liberalismo? Digamos: a mediados del siglo XIX. O levemente antes. Las llamadas corn laws (leyes de cereales) gravaban las importaciones de trigo para proteger a la oligarquía cerealera británica. Estos agricultores estaban ligados a la producción primaria, no así la vigorosa burguesía industrial, representada por Smith. Esta burguesía, que necesita alimentar a su proletariado urbano, requiere pan barato. ¿Por qué comprárselo a los terratenientes? Ese gran país capitalista que fue Inglaterra no alimentaba vagos, ociosos que buscaban vivir meramente de lo que crecía del suelo. Quería industrias. ¿Por qué, entonces, no importar el trigo de las colonias? De las colonias trigueras. Sí, de esa República del Sur de Latin America que acaba de ganar su independencia, suceso que los barcos británicos saludaron a cañonazos en el estuario de ese ancho Río de la Plata.

Así, la burguesía se anota un gran triunfo. Consigue la derogación de las corn laws. Arremete, para ello, contra los terratenientes: llama “ley del hambre” a las que gravan los productos cerealeros de importación. Producen hambre porque encarecen los productos con que se alimentan los obreros. Consigue así el apoyo de esa clase. Capitalistas industriales y proletarios luchan unidos contra la aristocracia terrateniente. Nada de proteccionismo. Seamos liberales. Abracemos el librecambio. Traigamos trigo barato de los países extranjeros. Al bajar el costo del pan bajaremos el costo del salario, que, como todos saben, es el costo de lo que suma mantener a un obrero. Si algo tan sustancial para esa manutención, como el mismísimo pan, nos sale más barato, más ganancia tendremos. Es David Ricardo el que desarrolla este punto: “Es tan importante para la felicidad de la humanidad entera aumentar nuestros disfrutes por medio de una mejor distribución del trabajo, produciendo cada país aquellos artículos que, debido a su clima, su situación y demás ventajas naturales y artificiales, le son propios, o intercambiándolos por los productos en otros países, como aumentarlos mediante un alza en la tasa de utilidades. He tratado de demostrar, a través de toda esta obra, que la tasa de utilidades no podrá ser incrementada a menos que sean reducidos los salarios, y que no puede existir una baja permanente de salarios sino a consecuencia de la baja del precio de los productos necesarios en que los salarios se gastan” (David Ricardo, Principios de economía y tributación, Fondo de Cultura Económica, México, 1959, p. 101). También Marx aprueba la derogación de las corn laws: “Los obreros ingleses han hecho sentir a los librecambistas que no se dejan seducir por sus ilusiones y mentiras. Y si, a pesar de eso, se han prestado a aliarse con ellos en contra de los terratenientes fue, simplemente, para acabar con los últimos restos del feudalismo y no tener frente a sí más que a un solo enemigo” (Discurso sobre el problema del librecambio, Bruselas, enero de 1848).

En resumen, si el liberalismo nace con la derogación de las corn laws, entonces el liberalismo es casi una creación tan argentina como el dulce de leche o el colectivo. ¿Qué decir? ¿Cómo el mundo nos pide modestia? Hicimos posible el liberalismo. Sí, Dios es argentino. Porque Dios, qué duda cabe, es liberal. Y la tierra del trigo generoso, el país que posibilitó aniquilar las corn laws fue la Argentina de la abundancia fácil. Y nuestra oligarquía terrateniente, centrada en su economía de monocultivo, en su economía de productos primarios, les vendió cereales a bajo precio a los industriales británicos, quienes, para ello, derribaron las leyes proteccionistas y abrieron las puertas del liberalismo para que entraran triunfalmente por ellas los ganados y las mieses que cantó Lugones. Algo salió mal. Para nosotros, claro. Los ingleses se dedicaron a la industria. Alimentaron a su proletariado y fabricaron máquinas y máquinas herramientas. Y cierto día, a fines de la década del ’20 del siglo (también) veinte, los términos de intercambio aniquilaron el valor de las mieses y la tierra fértil, los campos generosos del país de la abundancia fácil no sirvieron para mucho. Y nosotros, que inventamos el liberalismo, fuimos sus víctimas.

¿Por qué? Porque nos dejamos envolver por “el carácter hipócrita común a todos los sermones liberales” (Marx, ob. cit.). Porque no fuimos proteccionistas, lo que nos habría permitido ser industriales y no hundirnos no bien se hundieron los valores de las industrias primarias, ligadas a la tierra, al pasado, al feudalismo. Pero la oligarquía terrateniente era una clase ociosa, y hacer un país industrial requiere laboriosidad y coraje. “El sistema proteccionista (decía Marx) es el medio para crear en un pueblo la gran industria (…) Por eso vemos que en aquellos países en que la burguesía empieza a imponerse como clase, en Alemania, por ejemplo, hace grandes esfuerzos por implantar aranceles protectores” (Marx, ob. cit.). Pero ese proyecto es el de la unidad alemana y se corona con Bismarck a su frente. Aquí sólo estaba nuestra dispendiosa oligarquía agraria. La misma que la buena maestra de ese señor de la Sociedad Rural le dijo que había hecho el país. No le dijo cómo. Porque tal como lo hizo, ni con Dios se hacía bien.

Capusotto: [más] Hasta cuando… y entrevista de yapa

16/06/2009

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Entrevista a Diego Capusotto: “EL HUMOR ES SIEMPRE ANÁRQUICO”

Por Luis Zarranz. Foto: S.R.

Diego Capusotto conduce un programa de radio en la Rock&Pop, los sábados y domingos de 20 a 21.

Diego Capusotto conduce un programa de radio en la Rock&Pop, los sábados y domingos de 20 a 21.

Diego Capusotto es el humorista actual por excelencia. Lejos de ser una moda, se escapa de la pose, del lugar común y se muestra de una manera que es subversiva en el medio en el que trabaja: ser tal cual es. En esta entrevista, más que hacernos reír, que lo hace, nos hace pensar. Habla del poder político del humor, como desmitificador del discurso reinante y como alterador de lo establecido; de sus enemigos, de las cosas en las que “se caga”, del proceso creativo colectivo, del fútbol, del rock y de la política. Aquí, el humorista más desopilante demuestra que también puede ser el más reflexivo si se lo escucha seriamente.

Primer Acto: Domingo, 17 horas. Suena el celular. El que habla del otro lado de la línea es Diego Capusotto que llama para terminar de cerrar el horario de la entrevista.

Segundo Acto: Bar “El Progreso”, en el porteño barrio de Barracas. Capusotto entra con la comodidad propia de quien ingresa a un lugar que siente suyo. Su calzado nos lo revela: medias y pantuflas.

Tercer Acto: El grabador se apaga pero él no da por finalizada la conversación sino que se muestra interesado en continuarla.

La lógica indicaría hacer la pregunta “¿Cómo se llama la obra?” pero la respuesta no tiene nombre de ningún espectáculo ni está protagonizada por ninguno de sus personajes. En esta función, Capusotto hace de sí mismo.

Los tres recortes que sirven de ejemplo reflejan qué lejos está Diego Capusotto de cualquier vedettismo. Convertido, sin lugar a dudas, en el capocómico actual, sus programas y personajes multiplican fanáticos pero también cierto código de pertenencia. Este espíritu ha determinado que, sobre todo desde Peter Capusotto y sus Videos, él y el programa se hayan convertido en eso que suele definirse como “de culto”, aunque uno ya sepa que deberá disculparse por el término, debido al rechazo que nuestro protagonista reafirma contra la religiosidad entendida como actitud.

¿En qué se registra el fenómeno Capusotto? En la conversión del sustantivo propio al adjetivo. Aunque no se emplea cómo término, lo capusotteano, distingue no sólo una forma de hacer humor (absurdo, ácido, bizarro, desopilante, paródico) sino una ética y una estética: hacer reír con pocos recursos y lejos de esconderlos buscar que esa “debilidad” se transforme en fortaleza; exagerar ciertos lugares comunes con no agudeza, un claro posicionamiento ideológico que cuestiona lo establecido…; en fin: una identidad, una posición asumida que hace que cuando digamos el “humor de Capusotto” sepamos de qué hablamos.

Sentado en una de las mesas del centro de este bar nostálgico, tradicional, cuyo nombre –“El Progreso”– desmiente su esencia y donde el tiempo corre a paso lento, Diego espera el café y las preguntas. Antes de que se enfríen, las ponemos sobre la mesa

–Te convertiste en un humorista de culto. ¿Lo vivís así?

–No, lo que pasa es que dentro de un medio que apunta al éxito comercial, nosotros hacemos programas que no tienen grandes pretensiones cuando empiezan y siempre estamos convencidos de lo que hacemos, sea Todo por $2, Delicatessen con el Negro Fontova, o el programa que hacemos ahora con Pedro Saborido. En realidad, como no tienen la pretensión de estar acompañados por una gran propaganda que dicta que eso tiene que verse, mucha gente resalta eso: ahí viene la empatía. Más allá de que te tiene que gustar lo que estás viendo, se siente un poco más auténtico y tiene que ver con una especie de producto artesanal: aunque el raviol se hace con la misma masa pareciera que es la mejor casa de pastas, digamos que tiene esa cosa de más genuina

–¿Con los personajes que interpretás pasa lo mismo?

–Claro, primero nos tienen que gustar a nosotros. Después uno puede intuir que lo que se le ocurre o se le ocurre al compañero puede ser de agrado de mucha gente pero eso no se sabe nunca. Si no trabajas con una disciplina interna es imposible, porque sino estás mirando todo el tiempo el afuera. Nosotros lo hacemos para el afuera pero hay un paso anterior, una estructura que le pertenece a la gente que lo hace, digamos.

A esta altura, Capusotto ha bebido la mitad de su café chico. Habla más lento que el registro (televisivo) que tenemos de él. Las manos completan cada uno de los conceptos y éstos, lejos de tener la exclusiva finalidad de hacernos reír, nos hacen pensar. Se advierte un pensamiento profundo. Sostiene que el humor es, por definición, contrario a toda autoridad: “Por lo menos como yo lo entiendo es una deformación de la realidad, de lo cotidiano, de lo establecido, siempre. Es una fuga a mundos mejores”.

–¿De qué manera el humor hace política?

–Y, como alguna vez dijo Norman Briski, yo hago política porque hacer política es decir lo que está pasando, desde un lugar obviamente personal. Uno con lo que hace, no lo hace con la intención educativa o inmaculada para decir «se tienen que dar cuenta de lo que está pasando». Uno es más anárquico, y de hecho eso tan anárquico después provoca un debate, o hacerse cargo de lo que uno está señalando. El humor es siempre más anárquico.

–¿En qué sentido?

–En el sentido de que dispara de cualquier dogma, de cualquier institución y de alguna manera es como una sensación de burlarse un poco de todo. A su vez eso tiene un sentido existencialista, filosófico: antes de llegar a burlarse de todo uno se pregunta a sí mismo qué es el universo, para qué estamos, para qué sirve esto: preguntas que tienen que ver con el ser y con lo posible, al ser uno un ser posible. Y a partir de ahí uno, a veces, se toma un recreo, entonces se caga en la muerte, se caga en los sentimientos, en el fondo se caga de eso.

El café hace rato que llegó a su fin cuando la charla parece estar entrando en esa zona imposible de definir pero perceptible con cualquiera de los sentidos. Es en este preciso momento, donde uno ansía la posibilidad de detener el tiempo para que la conversación se prolongue, y más teniendo en cuenta que, encima, el ambiente huele a comida casera. Nuestro deseo es imposible de cumplir pero contamos con la medicación necesaria para combatir la frustración:

–¿Te parece que el humor funciona como un antídoto?

–Sí, yo creo que sí. Me parece que es algo que tenés que llevar en el bolsito para salir a pasear, o de cacería, porque en la vida no es que uno está todo el tiempo riéndose o tomando partido desde la ficción. Lo que hacemos nosotros con Pedro es una necesidad que nos hace felices y nos da un sentido trascendente a nuestra propia vida, es como necesario hacer eso que hacemos y a su vez eso es una consecuencia de todo lo que nos pasa en lo cotidiano, en los signos de la realidad, y a la gente que ve el programa le debe pasar lo mismo: es una especie de militancia personal.

Como el lector aprecia, la referencia a Pedro Saborido, amigo y guionista de sus personajes, es reiterada. Es que Saborido y Capusotto componen una dupla que excede al andamiaje creativo y al nombre del programa: Peter, por Pedro; y Capusotto, por quién define: “A Pedro lo nombro todo el tiempo porque el programa lo hacemos los dos y porque a su vez también escapo de esta cosa de cierta categorización, y no es falsa humildad ni mucho menos. Como uno está presente corpóreamente pareciera que todo lo hace uno, entonces pasa a una exacerbación donde el mismo tipo hace la masa, la prueba, la sirve, la come”.

“Es un programa de equipo, –agrega Diego– y las cosas suceden cuando es un trabajo colectivo, cuando hay una idea en común que circula. La idea siempre es importante, no es simplemente el tipo que te hace reír”. Luego se detiene en ambos roles, no para marcar la diferencia, sino para acortarla: “Yo pongo la cara pero hay una idea que circula, esos personajes la toman y hablan de acuerdo a ella. Entonces de lo que vos te reís es algo que pensamos con Pedro. No importa ni siquiera si fue una idea mía: esa idea, Pedro la escribió y después yo la actué, entonces siempre hay algo que roza a los dos y es algo que siempre tengo en cuenta porque me parece central la revalorización del otro, y como nosotros estamos en un medio neurótico relacionado al ego y a esas cosas, creo que si uno necesita trascendencia en su vida, también la necesita junto a los pares que están en lo mismo y con Pedro estamos en lo mismo”, concluye.

–Diego, ¿en qué cosas te cagás?

–(Hace una pausa, los ojos se clavan en el horizonte y cuando vuelven hacia nuestra mirada, responde) En la exacerbación de algo que, más que un sentimiento es una actitud, como diría José Ingenieros haciendo referencia a la religiosidad: la toma como una actitud y no como un sentimiento, con lo cual de ahí al fanatismo estás a un paso; y me cago en esos discursos que mientras están siendo dichos se derriten, de eso me cago. Y eso ponéselo a la autoridad que quieras, hay autoridades que son genuinas y hay autoridades que no: yo me río de eso.

–¿Cuáles te parece que son genuinas?

–Las que están acompañadas por una acción concreta, con la inmediatez. Por eso me parece genuino el Padre Mugica y no Ratzinger, que me parece que es el eje del mal.

–¿Y cuáles son esos discursos derretidos, fuera de la verdad?

–La verdad me parece que no es la verdad dicha, la verdad dicha no existe porque lo dicho siempre es contradictorio en algún punto, como eje de cierta sensibilidad entre lo que estás diciendo y lo que pasa. La verdad que existe es en el sentido de estar haciendo y estar cumpliendo lo que se dice, en la actividad, en la motorización.

–A la hora de la verdad, ¿te ponés límites al hacer humor?

–No, los límites tienen que ver con los gustos, con lo que no te causa tanta gracia. Me lo pongo más con eso que en una cuestión social o política. Por ejemplo, hoy estaba hablando con Pedro porque se nos había ocurrido hacer un grupo de rock que canta todas canciones en contra de Maradona.

Ahí está la mirada y el absurdo de Capusotto para provocar risas espontáneas frente a la ocurrencia y ante los gestos que la acompañan: “Un grupo que diga: ‘No conozco a Marado, no sé si era mejor que Pelé’. Contrario a esa cosa ‘Marado, Marado’ tan frecuente. Jamás me importaría que algún pelotudo diga, ‘¿Cómo te vas a meter con alguien inmaculado?’ En realidad yo amo a Maradona, pero me parece que el humor está justamente en degradar eso que está como un imaginario correcto y devenirlo en una cosa así, porque creo que el humor siempre te acerca a la niñez, donde ahí realmente te cagás en todo y ya después lo dejás. En eso es en lo que te empezás a acercar a ser como más niño: cuando te cagas en el imaginario, pero no porque uno esté precisamente en contra, al contrario”, dice el humorista que con su miranda profunda se (nos) descubre como antropólogo maestro del humor.

“Me causa gracia lo de Maradona porque está o en esto de que podemos putear a todos pero a Maradona no: es intocable. Entonces nos podemos fumar veinte fasos, tomar siete hongos pero Maradona está bárbaro. Es un juego de chicos pero a través de algo que uno observa y termina diciendo: ‘Bueno, me voy a cagar en esto’. Hay algo de salvajismo en el tema del humor”

Lenta pero inexorablemente el tiempo se nos escapa por entre los dedos y en pocos minutos la entrevista será pura anécdota, todo comentario, sensación, recuerdo. Sin embargo, Diego nos sigue invitando a compartir su mundo. El fotógrafo, que lo retuvo innumerables veces en su lente, se anima a preguntar:

–A mí me gustaría saber qué tipo de lectura sentís que hizo algo en vos.

–A vos no te contesto.

Son dos segundos de seriedad hasta que Capusotto larga la risa y, lógicamente, nosotros también. Luego, larga la respuesta: “Por ejemplo ahora estoy leyendo un libro que me hace muy feliz leer: El hombre mediocre, de José Ingenieros. Me parece muy revitalizador de la vida, de esto de sostener realmente un ideal, una trascendencia en tu vida, que no es el reconocimiento exitoso sino esta cosa de saber que uno tiene ahí algo entero que no se quiebra, ¿no? y que lo hace fuerte también, en el sentido más leal de la palabra, no la fuerza física.

Uno encuentra pares con los autores de muchos libros, está cosa de decir «yo pienso igual que él», como saber que uno está instalado en algún tipo de tribu donde hay una idea circulante que es la que a vos te parece la correcta para vivir. Y eso lo encuentro en la música, que me parece el arte más excelso, y en tipos que escriben: Nietzsche, Kierkegaard, aunque a veces me supera. Está bien que te supere, no necesariamente tenés que leer para entender.

–¿Te considerás rebelde?

–Y, con respecto a algunas cosas, sí, claro. Digo con respecto a algunas cosas porque en realidad uno está formando parte de los signos de la realidad, pero me considero un tipo bastante curioso. Y a partir de ahí hago lo que hago y eso está vinculado a la sensibilidad sobre lo que ves, lo que profundizás, con quién te juntás y sobre esta necesidad de demoler verdades que no son, eso me parece interesante. Demoler un discurso que vos tenés la certeza que no es, te solidariza con el otro. A mi me irrita muchas cosas de lo real y de hecho José Ingenieros, no me voy a comparar con él, desde ya, pero supongo que escribió eso porque estaba irritado. Lo que pasa es que el tipo tenía qué decir; ahora, si sos un irritado y puteás porque sí, sos un neurótico.

–¿Desde la irritación se puede hacer humor?

–Desde ya, siempre, porque el tema de burlarse sobre lo que te duele, es como sacarte un peso de encima y a su vez tiene esa cosa de desmoronar una idea, de ponerse del lado de enfrente y el humor, con sutileza e inteligencia, te coloca ideológicamente de la vereda de enfrente. Hay algo de duende en el humor, que sería bueno que fuera un duende muy sabihondo, que sepa de lo que se burla y donde está la mentira para burlarse y desmoronarla. Esa es la proyección que yo tengo como personaje ideal, esa cosa de duende como maléfico, no maléfico de hacer maldad, sino de la intención y de conocer la esencia de las cosas. Por eso nunca voy a llegar a eso, porque uno nunca las va a saber.

La proyección para mí del personaje ideal es desmoronar la mentira de los que supuestamente creen que saben y no saben nada, así como juego, me parece… y además porque creo que los verdaderos enemigos ideológicos nuestros se ponen nerviosos cuando te burlás. Es como la degradación total de algo que tienen armado, como cosa conductiva y directiva de conductas. Por eso digo que es interesante demoler eso, algo más vinculante a lo social.

–¿Y quiénes son tus enemigos, Diego?

–Las instituciones tal como están construidas son siempre como oponentes. Entonces ahí pongo a la institución militar, la educativa o la religiosa. Por supuesto que la institución educativa me parece mucho más interesante. Las otras están construidas para estar ligadas al poder y a la cuestión dirigista, tienen como una génesis de pertenecer al estado de control. Entonces todo eso a mi me genera ya de por sí sospecha y me empiezo como a agazapar y ahí empiezo a buscar los pares, a prestar atención porque esto va a ser determinante en tu vida y en tu conducta.

Como se aprecia, Capusotto aporta una mirada filosófica, casi socrática en aquello de desmoronar el pseudo saber, y también da noción de un ser anárquico. Le trasladamos la inquietud: “Puede ser porque tengo una lucha entre lo que está establecido (estoy ubicado en este mundo, donde uno sigue ciertos signos para no quedar tan desolado y se acomoda a la convención) pero por otro lado siempre que puedo trato de desmitificar el orden establecido y los dogmas. Eso tiene que ver con una sensibilidad sobre lo que te rodea y en mi caso tiene que ver también con la descomposición del discurso oficial, para derrumbarlo con una cierta base sólida ideológica que te permita estar en los lugares elegidos y no estar ahí en la ambigüedad y en el discurso dicho, sólo porque tenemos el lenguaje y necesitamos hablar”.

Nos quedamos con eso: con esa descomposición del discurso oficial, con la ligazón entre discurso y acción para proponerle, a instancia del fotógrafo, leer la tapa del diario La Nación y fotografiar la cara que le sugiere cada noticia. Ahí no hay palabras pero su rostro habla por doquier y, como durante toda la tarde, también nos dejará pensando.

FUTBOL, ROCK Y POLÍTICA

–Queremos llegar al fondo de tu ser y preguntarte si Racing se salva del descenso.
–¡Ya! Sí. Está la mística preparada para que así sea.

–Estás confiado…
–Por supuesto, así somos los racinguistas

–Tenés una ligazón muy barrial: Barracas, el fútbol, esta cosa del rock and roll…
–Sí, esas son las cosas que te tocan, pero a su vez también es un poco la desmitificación de esas cosas. Por ejemplo, a mí me toca el fútbol pero no de acuerdo a la oficialidad que dice cómo es el fútbol, cómo tiene que ser: yo lo entiendo de otra manera. Me toca desde el amor que tengo por el juego, por lo que produce. Es totalmente alocado: imaginate que pertenecer a un club donde los que están jugando son otros, pero a la vez vos también sentís que estas jugando…

–Y hasta lo decimos en plural: “Ganamos”…
–Es una cosa muy rara pero también tiene una cosa colectiva, que es interesante. Si hay una imagen del mundo mejor, donde todo el mundo se abrace, eso es un poco el fútbol, que, a su vez, representa al mundo real porque hay un contrario que está haciendo fuerzas para que pierdas. Hay una autoridad, el referí, que el fútbol técnico la puede vencer, pero la cargada del contrario, esto de que hay oponentes del otro lado que están en la misma situación tuya pero que vos los entendés como enemigos, también es raro.

–¿Y con el rock qué relación tenés?

–Y también, para mi es primero una relación de gusto por la música y por el sonido. Hoy escucho un poco de todo porque no pertenezco ya a la tribu del rock, me interesa más el sonido que la tribu…

–¿Qué te significó pertenecer a la tribu del rock?

–Un lenguaje que era donde vos tenías que estar colocado. Es lo que hablábamos anteriormente del lenguaje frente a lo establecido y la idea de moldear conductas. Siempre era como un estar del lado de enfrente, y el sonido también tenía que ver con eso. Y además también fue para nosotros un refugio, sobre todo para mi generación: el refugio de la dictadura para nosotros no fue la militancia sino el rock. Hubiese sido la militancia si capaz hubiésemos tenido familias militantes.
En mi casa se hablaba mucho de política, mi hermano de hecho era un tipo muy curioso y muy lector, que navegaba dentro del rock y de ir a Ezeiza a recibir a Perón. Incluso en mi casa, una vez vinieron a buscarlo por una denuncia y a los tres días apareció, o sea no viví lo letal de la dictadura pero casi…
Es una charla que siempre tuve pendiente con mi hermano y nunca la tuve, es raro, porque cuando pasó eso yo tenía 15 o 16 años y tengo el recuerdo de las tres personas que vinieron, de uno de ellos pateando la cama donde yo estaba durmiendo, y es una charla que tengo pendiente con mi hermano: lo que sucedió en esos tres días.

–Un recuerdo preciso y una deuda, como marcas de la dictadura…

–Sí, entre otras cosas. Nosotros veníamos de escuchar de nuestros mayores que un Golpe de Estado era normal, porque la propia sociedad lo aceptó, de hecho. Entonces eso a nosotros nos parecía que era habitual, teniendo 15 años, pero por otra parte sentíamos el patrullero en nuestras vidas: la intuición de saber que algo feo pasaba, pero no saberlo en concreto. Los diarios no decían nada, sólo «enfrentamiento con la subversión» y no solamente eso, sino que inclusive en los diarios salió que Arrostito había sido muerta en un enfrentamiento cuando estaba en la ESMA, chupada hace un año; es decir, el plan de información era que todos los días había un enfrentamiento y en realidad era Terrorismo de Estado.

–¿Y qué significan para vos las Madres, Diego?
–La dignidad y la valentía: la valentía y la épica de verdad; la épica sostenida por algo genuino, no la épica por la temeridad sino por el convencimiento.

–¿Cómo surgió el personaje de “Bombita”? ¿Y qué pensás sobre los que lo entienden como una broma a la militancia?
–Lo de Bombita nace como una idea puramente graciosa, un Palito Ortega montonero. Eso ya te causa gracia y después toda la discusión sobre la militancia, no es algo que nosotros pusimos en el tapete. Nuestra generación fue creada en la dictadura y se comió el discurso de la teoría de los dos demonios: que eran lo mismo las organizaciones armadas que el Terrorismo de Estado pero, bueno, no es nuestro caso, nosotros lo dejamos claramente establecido. Bombita no es una crítica a la militancia de los ’70, eso lo puede decir alguno que tiene ganas de decirlo porque le viene bien a su nido, digamos. Es una idea graciosa que por otro lado genera esta cosa, de estar haciendo humor con algo en donde también circuló sangre. Pero no es en nosotros una crítica a la militancia. Es más, muchos de los que dicen eso son bastante pelotudos que no sólo no entendieron nada sino que ni se acuerdan de nada, no se acuerdan que esa militancia estuvo en el día a día de la política en la Argentina, que no estaba demonizada hasta que después finalmente lo fue, independientemente de los errores de esa generación: podemos hablar de un montón de cosas, podemos hablar de errores, podemos hablar… pero digo, me parece que esa fue una militancia que tenía una proyección de un país distinto y mejor

–Eso queda clarísimo en el programa.
–No me cabe duda. Es como una película de esa que vos ves y decís «qué buena película pero que lástima que terminó así». La primavera camporista, que fue el mejor momento probablemente del país, como dijo (José Pablo) Feinman y yo estoy de acuerdo, ese fue el momento clave y no el ’83.

–Diez años antes.
–Exacto. Lo del ’83 fue otra cosa. Cuando murió Alfonsín fue una especie de evangelización como que fue el padre de la democracia y vos decís, «¿En qué país vivís?». «Padre de la democracia la concha de la lora». Salimos de una dictadura, sino fuera por Malvinas seguían los milicos, desaparecieron 30.000 personas, qué padre de la democracia. Está bien que eso obviamente es partidista, de hecho mirá lo que generó en la oposición la muerte de Alfonsín: se acomoda la oposición porque muere Alfonsín, una cosa que también demuestra la situación actual de construcción política, ¿no?

–Ernestina Pais dijo en una entrevista que te votaría como candidato, ¿aceptarías?

–Lo de Ernestina fue un poco en broma porque tiene que ver por lo que mucha gente simpatiza con el programa nuestro, esta cosa de tratar de no entrar en el circuito comercial y del éxito, sino mantener un lugar de cierta comodidad, en la que del programa no se negocia nada. Nuestra elección es por fuera del “éxito” y por fuera del doble de plata, y no estoy diciendo que nosotros ganemos dos mangos, pero sí que podríamos ganar el doble pero preferimos la autenticidad de la gestión, el impulso creativo.
Sin embargo, no estaría en ninguna estructura política porque tengo la contradicción de ser un tipo muy curioso en la construcción, pero por otro lado también saber que la construcción política tiene un componente muy fuerte de dogma y yo escapo de eso. Entonces, yo sé que en el Poder hay que negociar con los más malos y no estoy capacitado para eso. Sé que hay que hacerlo y podría hacerlo si quiero, pero también me agarra stalinismo, ¿viste? Entonces no lo podría hacer, y me parece que el poder no es la charla del bar de cómo se debería hacer, sino que el poder es muchas veces negociar con los malos y sobre todo con lo que está enquistado socialmente como construcción política.

“EN CAMBIO DE LEXOTANIL, ESCUCHO RADIO”

–¿Qué te cambia del código televisivo al radiofónico?
–Te cambia el estilo, no sé si tanto el estilo de narración porque es un programa de ficción, entonces está lleno de personajes que, de alguna manera, tienen vida propia. No soy yo hablando en primera persona, sino que uno se traslada hacia el personaje que interpretás. Cambia el tema de lo físico, del aprovechamiento de espacio, de otra modalidad de actuación pero a su vez sabemos que lo que genera en el espectador es una cuestión que tiene que ver con cierta imaginería. La radio yo siento que, a veces, es un vínculo muy personal.

–¿Escuchás radio? ¿Sos oyente de la radio?
–Sí, sí.

–¿Qué te gusta escuchar?

–Muchas veces escucho casi compulsivamente, me gusta mucho esta cosa de ir durmiéndome con la radio. En cambio de lexotanil, escucho radio. Y a veces escucho programas periodísticos, lo puedo escuchar a “Nimo”, programas de solos y solas, cualquier cosa puedo escuchar y mantengo la necesaria distancia como para que eso no me afecte, sé lo que estoy escuchando. Me acuerdo de programas como el Tren fantasma, Radio Bangkok con Lalo (Mir) y Boby (Flores)

–¿Y con la tele, tenés el mismo vínculo que con la radio?

–No, soy bastante más televisivo, no tengo un programa que yo elija ver concretamente, que sea un vínculo amistoso. Esta cosa de saber que hay un programa determinado y sentarse a verlo, no me pasa hoy, antes a lo mejor me pasaba con el programa de Polosecki. Sí, hay programas que me interesan mucho, si estoy haciendo un zapping y veo en (José Pablo) Feimann, me encanta escucharlo, uno se hace adepto. Digo, hay como un compañerismo entre uno y el que está escuchando, yo lo siento así, como una cierta empatía casi barrial.

–Cambiando de tema, en los dos espectáculos teatrales que hiciste, Una noche en Carlos Paz y Qué noche Bariloche se repite esto de “la noche», ¿qué es la noche para vos?
–La noche me parece muy interesante: es santidad y demoníaco, a la vez porque todo se apaga, porque ahí se pierde la seguridad y viene lo que viene: agarrate, puede venir algo lindo o puede venir algo tremendo. No digo que sea el mejor momento del día, a mí hubo momentos en la noche que me angustiaron mucho y momentos del día que me alucinaron, me alucinaron para bien. Pero la noche, tiene una cosa… A mí, en realidad me gusta la noche veraniega, que me parece como esos pequeños momentos donde uno dice, ¡qué bueno vivir! ¿No? Viste que a veces uno lo dice…

–¿Sos de decirlo?

–Sí, pero lo digo de disfrute, no lo digo para justificar nada. Un abismo que sí tengo y que me aparece durante muchos momentos del día es un abismo más existencialista, que tiene que ver con lo que la vida es y que probablemente no se modifique, con la angustia. Digo, con el desaparecer y esas cosas; pero cada tanto disfruto la vida, sí.

Fuente: Reporte de las Madres

Balada del boludo (poema de tono sentimental)

12/06/2009

Por mirar el otoño

perdía el tren del verano.

Usaba el corazón en la corbata.

Se subía a una nube

cuando todos bajaban.

Su madre le decía:

no mires las estrellas para abajo

no mires la lluvia desde arriba

no camines las calles con la cara,

que ensucias la camisa;

no lleves tu corazón bajo la lluvia,

que se moja;

no des la espalda al llanto

no vayas vestido de ventana

no compres ningún tílbury en desuso. (carruaje de dos ruedas)

Mira tu primo el recto (de conducta irreprochable)

que duerme por las noches.

Mira tu tío el justo (imparcial, equitativo)

que almuerza y se sonríe.

Mira tu primo el probo (íntegro, honrado)

puso un banco en el cielo

tu cuñado el astuto

que ahora alquila la lluvia

tu otro primo el sagaz (astuto, prudente)

que es gerente en la luna.

—Tienes razón, mamá—

dijo el boludo.

Y se bebió una rosa.

—No seré más boludo.

Y se bajó del viento.

—Seré astuto y zahorí. (de mirada aguda, penetrante)

Y dio vuelta una estrella para abajo.

Y se metió en el subte.

Y quedaron las gaviotas en el río.

Entonces vinieron los parientes ricos

y le dijeron:

—Eres pobre, pero ningún boludo.

Y el boludo fue ningún boludo,

y quemaba en las plazas

las hojas que molestan en otoño

y llegó fin de mes

cobró su primer sueldo

y se compró cinco minutos de boludo.

Entonces vinieron las fuerzas vivas (grupos que impulsan la economía)

y le dijeron:

—Has vuelto a ser boludo.

—Boludo.

—Seguirás siendo siempre el mismo boludo.

—Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.

—Seguirás siendo un boludo siempre.

Debes dejar de ser boludo.

—Boludo.

Y, medio boludo

con esos cinco minutos de boludo

dudaba entre ser ningún boludo

o seguir siendo boludo para siempre.

Dudaba como un boludo.

Y subió las escaleras para abajo

hizo un hoyo en la tierra (zanja)

miraba las estrellas

la gente le pisaba la cabeza

le gritaba boludo

y él seguía mirando

a través de los zapatos

como un boludo.

Entonces,

vino un alegre y le dijo:

—Boludo alegre.

Vino un pobre y le dijo:

—Pobre boludo.

Vino un triste y le dijo:

—Triste boludo.

Vino un pastor protestante y le dijo:

—Reverendo boludo.

Vino un cura católico y le dijo:

—Sacrosanto boludo.

Vino un rabino judío y le dijo:

—Judío boludo.

Vino su madre y le dijo:

—Hijo, no seas boludo.

Vino una mujer de ojos azules y le dijo:

—Te quiero.

Isidoro Blaisten (Publicado en el número 41 de la revista El escarabajo de oro.)

“Pelotudo” es una palabra pelotuda (Orlando Barone)

12/06/2009

[Carta abierta de Orlando Barone, leída el 4 de Junio en Radio del Plata.]

Isidoro Blaisten creó con una palabra ordinaria y prosaica aquel poema inolvidablemente cristalino: “La balada del boludo”. Blaisten es Blaisten, y no es De Angeli aunque los dos son entrerrianos. El tiempo ha ido suavizándole a “boludo” el significado agraviante de su origen y hoy es casi una palabra de sentido amigable. “Pelotudo” no. Es sinóminode boludo, pero mantiene su significado descalificativo todavía intacto. Ser pelotudo es cargar más peso que un boludo. Se emplea para decir que tal tipo tiene las pelotas tan grandes que casi no lo dejan moverse y que se mueve torpemente. Que es un tonto, un otario o un lento. A Alfredo De Angeli le ha dado por decirle pelotudo a Néstor Kirchner. No creó ninguna balada sino que pronunció una pelotudez pelotuda. Tratándose él de un chacarero, y con tanta afinidad y roce con la fauna del campo, es fácil deducir que conoce del asunto de tanto mirarlo. Lo que más sobra en los animales grandotes es eso que les cuelga. Ya que toros y caballos tienen lo suyo. La metáfora testicular ya ni siquiera es un insulto: es una catarsis primaria emitida por un emisor primario con temperatura. Nunca se supo que el contacto con el poroto de soja, aparte de sustento para chanchos, haya servido para influir favorablemente en el habla.

Pero cualquiera haya sido su intención peyorativa lo cierto es que De Angeli tiene razón: Kirchner es un pelotudo. Porque no les hace caso. Porque no se quiere convencer que sea con escraches o tractores o lock out los productores van a despelotudizarlo. Y si Kirchner se dejara de pelotudear, los sojeros ya no pagarían más retenciones. Y las riquezas de la tierra estarían donde deben estar: exclusiva y equitativamente con sus dueños. Pero por culpa de esa pelotudez de Kirchner, chacareros como De Angeli que hasta el síndrome de la Resolución 125, se rascaban a cuatro manos en las pulperías pub de los pueblos mientras la soja sola daba leche y la leche les corría por las comisuras, desde entonces tienen que vivir con el corazón en la boca y escamoteando el contenido de los silos y trampeando a los inspectores. En la “Balada del boludo” Isidoro Blaisten escribe: “ Seguirás siendo siempre el mismo boludo; seguirás siendo el mismo boludo siempre; seguirás siendo boludo siempre”. De Angeli debería oir esta advertencia antes de volver a decir pelotudeces.

Fuente: www.orlandobarone.blogspot.com

Derechil. Medicamento para desórdenes ideológicos

09/06/2009

Eva Hache nos presenta la solución a nuestros problemas: Derechil… y vaya a votar el 28.

Paradoja (por José Saramago)

09/06/2009

[Este post fue orginalmente publicado en El Cuaderno de Saramago]

Otras veces me he preguntado dónde está la izquierda, y hoy tengo la respuesta: por ahí, humillada, contando los míseros votos recogidos y buscando explicaciones al hecho de ser tan pocos. Lo que llegó a ser, en el pasado, una de las mayores esperanzas de la humanidad, capaz de movilizar voluntades simplemente apelando a lo que de mejor caracteriza la especie humana, y que creó, con el paso del tiempo, los cambios sociales y los errores propios, sus propias perversiones internas, cada día más lejos de las promesas primeras, asemejándose más y más a los adversarios y a los enemigos, como si esa fuese la única manera de hacerse aceptar, acabó cayendo en meras simulaciones, en las que conceptos de otras épocas fueron utilizados para justificar actos que esos mismos conceptos habían combatido. Al deslizarse progresivamente hacia el centro, movimiento proclamado por sus promotores como demostración de una genialidad táctica y de una modernidad imparable, la izquierda parece no haber comprendido que se estaba aproximando a la derecha. Si, pese a todo, fuera todavía capaz de aprender una lección, ésta que acaba de recibir viendo a la derecha pasarle por delante en toda Europa, tendrá que interrogarse acerca de las causas profundas del distanciamiento indiferente de sus fuentes naturales de influencia, los pobres, los necesitados, y también los soñadores, que siguen confiando en lo que resta de sus propuestas. No es posible votar a la izquierda si la izquierda ha dejado de existir.

Curiosamente, y esta es la paradoja, el político al que el título de este comentario se refiere, es precisamente el que en este momento preside los destinos del país que desde hace muchísimo tiempo viene desarrollando una política en todos los aspectos imperial y conservadora: Barack Obama. Da que pensar. Una acción política que, como vengo diciendo, pretende poco más que salvar los muebles de un capitalismo sin reglas que estuvo a punto de devorarse a sí mismo, nos parece ahora casi, casi, la realización del sueño de la izquierda. Apuesto que mucha gente, progresistas, socialistas, comunistas, anda por ahí preguntándose: “Y si Obama fuese presidente de mi partido?” Tal vez lo que llamamos ironía de la Historia sea algo así como esta situación… Tal vez sea, solamente, la importancia del factor personal.